sábado, 5 de agosto de 2017

Robert Schumann: Carnaval, opus 9


"Ninguna desaprobación podrá deprimirme y ningún elogio me hará perder la cabeza". Así finalizaba la carta con que Robert Schumann, de veinte años, solicitaba la tutoría a Friedrich Wieck, el profesor de piano más solicitado de Leipzig, en 1830. Al año siguiente estaba instalado en casa de Wieck, que tenía una hija, Clara, que tocaba el piano estupendamente a sus tiernos doce años. Muy pequeñita. Ernestine, en cambio, discípula asimismo de Wieck, ya frisaba los dieciséis y para el momento en que Robert y Ernestine von Fricken, natural de Asch, se miraron largamente a los ojos, contaba dieciocho. El entusiasmo no duró mucho, pero logró impulsar la creación de una de las obras más importantes en la historia del piano romántico.

Cuatro letras
Más precisamente, fueron las cuatro letras del pueblo natal de Ernestine en notación musical alemana (A, S, C, H) las que estimularon la imaginación de Schumann. Tales notas (la, mi bemol, do, si), en ese orden y en uno que otro conveniente reordenamiento, están presentes al inicio de gran parte de las 21 miniaturas que conforman la primera de sus grandes obras escritas para el piano, Carnaval, opus 9, de 1834-35, y que el autor subtituló, en francés, Scènes mignones sur quatre notes.

Un misterio romántico
El motivo de las cuatro notas ya había sido utilizado antes (en Papillon, alrededor de 1830) de modo que el autor, en esta oportunidad, reincide o, como apuntan algunos estudiosos, se apoya en la laboriosidad prodigada en un experimento anterior. Lo que nunca ha quedado claro para muchos es que en pleno romanticismo un compositor evoque a la amada mediante el nombre del pueblo que la vio nacer. Misterios de la sensibilidad artística del siglo XIX.

Los personajes
En su conjunto, la obra apunta a la representación musical de un elaborado e imaginativo baile de máscaras durante la época de carnaval, previo al periodo de cuaresma. Por ella desfilan variados personajes reales e imaginarios, que prestarán su nombre para titular las miniaturas. Están presentes, desde luego, los típicos e inconfundibles del teatro popular italiano de la comedia dell'arte: Arlequin, Pierrot, Pantaleón y Colombina. También el mismísimo Schumann representado por sus dos alter ego: el soñador Eusebio y el realista Florestan. Se suman un homenaje a Chopin y otro a Paganini. Por cierto, no podía faltar Ernestina ("Estrella"). Tampoco Clara Wieck (futura Clara Schumann), representada con arrebato, en "Chiarina".

La cofradía de David
La última sección, la más extensa, retrata simbólicamente a los miembros de la Davidsbünd (la cofradía de David), un colectivo de fantasía que Schumann se inventó para la revista de música que fundó por esos mismos años. El grupo, en la imaginación de Schumann, incluía a Florestan, Eusebio, Estrella, Chiarina, Chopin y Paganini. Aquí protagonizan un combate musical contra las almas conservadoras en música y las artes, los "filisteos" de su tiempo. Es, técnicamente, la sección más exigente de toda la obra, a la que, por cierto, da cierre con un final espectacular.

Dedicada al músico polaco Karol Lipinski, su gran demanda técnica e imaginativa dificultó en su tiempo su presentación regular en público. Hoy, por el contrario, este genial conjunto de variaciones sobre un núcleo reducido de cuatro notas es la pieza de Schumann más interpretada en los escenarios del mundo entero.

La versión, excelente, es de la notable pianista nacida en Hong Kong, Tiffany Poon.
[Sus secciones, a continuación del video]


Las 21 miniaturas
Sus 21 movimientos, partes, trozos, o secciones (como queráis llamarlos) son los que a continuación se anotan. Esta enumeración, sin embargo, escapa a la norma porque es necesario señalar que, integrada a la partitura, entre Replique y Papillons, dispuso Schumann una sección que tituló Sphinxes donde, en opinión de los estudiosos, el autor devela mediante tres grupos de "notas mudas" el misterio de las tres o cuatro notas sobre las que se organizó la obra completa. Por lo general, no se tocan, ni en público ni en grabaciones, aunque más de alguno se ha atrevido. La señorita Poon no lo hace.

00:00  Préambule – quasi maestoso
02:54  Pierrot – moderato
04:09  Arlequin – vivo
05:22  Valse noble – un poco maestoso
06:46  Eusebius – adagio
08:35  Florestan – passionato
09:38  Coquette – vivo
11:19  Réplique – l'intesso tempo
Sphinxes
Edición Breitkopf & Härtel, Leipzig, 1879, pág. 11

12:21  
Papillons – prestissimo
13:04  Lettres dansantes (A.S.C.H. - S.C.H.A.) – presto
13:51  Chiarina – passionato
14:48  Chopin – agitato
15:58  Estrella – con affetto
16:24  Reconnaissance – animato
18:07  Pantalon et Colombine – presto
19:08  Valse allemande – molto vivace
20:08  Paganini – Intermezzo - presto (repite el vals allemande)
21:26  Aveu – passionato
22:40  Promenade – con moto
25:06  Pause – vivo, precipitandosi (sí, precipitándose sobre la Marche)
25:23  Marche des "Davidsbundler" contre les Philistins – non allegro

......................................................................................................................

Amigo visitante:
Si te gustó el artículo, mucho te agradecemos si lo compartes, en Facebook, o Twitter, con un cómodo clic

6 comentarios :

  1. Gracias por la oportunidad de escuchar entendiendo.

    ResponderEliminar
  2. Hola, Rosg: Ese ha sido siempre el objetivo. Y me alegro de que así haya sido para ti. Saludos y muchas gracias por tu comentario.

    ResponderEliminar
  3. Una Muy Excelente Versión, Me Encanta el Tipo de Pianistas que Tienen La Obra no en Sus Memorias sino en sus Corazones, por la Buena Ejecución sin Partitura,,,,,Saludos!!

    ResponderEliminar
  4. Hola, José: Buen aporte, la obra en el corazón más que en la memoria. Saludos y muchas gracias por el comentario.

    ResponderEliminar

Deja aquí tus impresiones, por sencillas que sean. Tu opinión siempre será bienvenida.